Hace ya bastante tiempo que está instaurándose una nueva forma de trabajar conocida como teletrabajo, que consiste básicamente en cumplir con la empresa desde el hogar, a través del ordenador y el teléfono.
A priori se trata de un avance que mejora, sin duda, la calidad de vida del empleado. Sin embargo, en España sigue sin instaurarse este sistema de trabajo. La tecnología, la seguridad de los datos y la productividad no están siendo un problema para la implantación del teletrabajo y diversos estudios demuestran que ni disminuye el rendimiento ni se pone en peligro la confidencialidad. Entonces, ¿cuál es el problema?
Los contras del teletrabajo son la reducción de la disciplina y trabajar en un entorno en el que tenemos muchas distracciones a nuestro alcance. Hay personas más constantes que saben llevar mejor el teletrabajo y otras con una mayor preponderancia a aplazar tareas. Por otro lado, y esto es un punto muy a tener en cuenta, disminuye la interacción entre los empleados y se resiente el contacto entre los miembros de la plantilla. Se pierde sin duda una pieza clave del funcionamiento de una empresa.
Los pros también tienen mucho peso y es que, en primer lugar, se evita mucho tiempo al día en desplazamientos. Hay personas que se pasan 2 horas al día solo en el transporte para ir al trabajo. Además, el trabajador puede organizar su tiempo de manera más independiente.
En cualquier caso, lo interesante es valorar cada caso en particular y si una persona tiene problemas familiares (hijos a cargo, tener que cuidar de un anciano, etc) el teletrabajo puede ser una maravillosa opción.