Facebook y prácticamente todas las redes sociales son espacios prohibidos en el lugar de trabajo. Los jefes y superiores los ven como unos auténticos destructores de la productividad y el rendimiento y se ponen en contacto con el departamento de informática, para que implementen un Firewall que impida acceder a través de los terminales conectados a la red de la empresa.
Ahora llega Workplace, que en su versión beta se llama Facebook at Work. Lo que pretende la compañía de California es que a partir de ahora Facebook, en esta nueva versión, sea también utilizado en el trabajo.
La gran diferencia de Workplace es que la conexión se centrará en la comunicación con el resto de compañeros de oficina con servicios como la mensajería instantánea. Será además una plataforma de pago, lo cual no deja de ser una forma de diversificar por parte de la compañía de Mark Zuckerberg, que actualmente obtiene todos sus ingresos a través de la publicidad.
De momento se han estado realizando pruebas durante más de un año, en empresas como Heineken, Hootsuite, Kenshoo e incluso instituciones como el Gobierno de Argentina.
Ya han surgido muchos críticos que dicen que Facebook tendría acceso a información privada de empresas multinacionales y confidencial e incluso relacionada con aspectos tan delicados como la seguridad nacional en el caso de entrar en gobiernos. El asunto de la información es uno de los que está en aumento exponencial en el imaginario colectivo de la sociedad de la información y quizás este sea uno de los factores contra los que Facebook tendrá que luchar con más intensidad si quiere que Workplace llegue a buen puerto.
Al margen de estas posturas, Facebook ha desarrollado una herramienta útil que ayuda a llevar a cabo proyectos y tareas en equipo. Veremos si los prejuicios no hunden el proyecto.
