El país del sol naciente es el reino del té por antonomasia. Las hojas del esta planta son uno de los bienes más preciad
os por los nipones pero al parecer, el café ha ido penetrando en el mercado japonés, conquistando corazones y paladares, hasta que Japón se ha convertido en el tercer importador de café a nivel mundial, solo detrás de Estados Unidos de América y de Alemania. Así pues, y de forma sorprendente, nos damos cuenta de que los japoneses no solo viven de su bebida zen: el té.
Sin embargo, hay que mencionar que no lo toman de la misma manera que nosotros, sino que lo beben con aromatización de lichi, miel con sabor a naranja con jazmín etc. Lo beben de forma diferente, exótica. Sin duda son una cultura diferente y muy sofisticada y por ese motivo prefieren un café de alta gama con esos toques gourmet que cada vez son más los afortunados que los saben apreciar. El paladar de los japoneses es capaz de detectar más sutilezas que los del resto de los mortales.
En este contexto, por todo Japón se están extendiendo los baristas, expertos artistas del café que no solo hacen dibujos con el café. Para los más exquisitos, una diferencia de tan solo unos gramos o segundos de hervido puede cambiar el sabor de toda la taza de café.
Para terminar, hay que decir que en el World Barista Championship (WBC) ganó el titulo en el año 2014 Hidenori Izaki. En la edición de este año, Yoshikazu Iwase fue finalista y se quedó cerca del premio.
La cultura del café está creciendo en el archipiélago japonés a pasos agigantados. Seguro que el resto de países tenemos mucho que aprender de la creatividad e innovación que surja de ese país que siempre va unos pasos por delante.