En Eboca buscamos ser diferentes con muchas cosas. Buscamos la diferencia poniendo leche en polvo en lugar de blanqueante, con una «manada» de furgonetas, con las vacas más grandes de Europa, con café recién molido, con vasos de cartón, con vasos con historias y ibujos, con el Capitán Cafeína y su encomiable misión.
Otra forma de diferenciarnos es amando a nuestros clientes tanto a las empresas como a los usuarios finales, practicamos la clientefilia.
Con las empresas comenzamos con buen pie, montándoles una sala de descanso en la que los empleados desconectan y eso repercute positivamente en la productividad. Estamos siempre atentos a el stock de los productos y a las fechas de caducidad, garantizando que haya productos disponibles y en fecha hasta la próxima reposición. Limpiamos las máquinas para que siempre estén relucientes y por supuesto, si aparece una inoportuna avería, vamos raudos a repararla para que la empresa pueda seguir disfrutando de nuestro café.
Al cliente final también le mimamos, con otro tipo de acciones. Por ejemplo, si una máquina se traga una moneda y el usuario nos lo comunica por redes sociales le devolvemos el importe a través de Yaap. Si un cliente nos avisa de un malfuncionamiento o una incidencia, nuestro reponedor le da unos tokens para que disfrute de nuestro café de forma gratuita, como recompensa por su buena acción.
A nivel de producto, también asistimos a talleres culinarios en busca de nuevos sabores, aromas y tostados, siempre tratando de mejorar nuestro café y por supuesto, mejorar la experiencia del consumidor.
Estamos renovando también nuestras máquinas de vending y muchas incorporan nuevas tecnologías como la pantalla táctil para tratar de facilitar el servicio. La nuevas máquinas incorporan información sobre los productos que contienen gluten y los que no, con el fin de que los celiacos también puedan disfrutar de nuestros cafés.
Esto lo hacemos por vosotros, nuestros clientes y seguiremos mejorando en el futuro. Os amamos.
